“En
la estación del tren pasando frío”
El
31 de julio del año 2016 salimos de Motril para el aeropuerto de
Málaga, mis dos hijas mi mujer y yo, para coger un vuelo desde este
aeropuerto hasta el de Colonia en Alemania. Llegamos a buena hora
gracias a que salimos con tiempo sobrado, pues nos encontramos
retenciones en la autovía camino a Málaga. No fue mi mejor día, ya
que el vuelo salió con una hora de retraso y como consecuencia
perdimos el enlace de tren que nos llevaría directos hasta Aachen,
que era nuestro destino final.
Esto
tuvo una fatal consecuencia ya que estuvimos toda la noche en la
estación del tren pasando frío, aunque estábamos ya a 1 de agosto
y por increíble que parezca teníamos la misma temperatura que en
Motril en el mes de enero. Por la mañana cogimos dos trenes para
poder llegar a nuestro destino. El resto del tiempo que permanecimos
allí por ventura salió mucho mejor. No dormimos en toda la noche ni
el día de viaje pero no me pasó para nada.
Mi
recuerdo del viaje hasta Alemania para visitar a mis dos hijas que se
encontraban trabajando en un hospital de la población de Aquisgrán
en la frontera de Holanda y Bélgica, fue una experiencia muy
agradable y muy impresionante. Fue un encuentro con un clima muy
diferente al que habitualmente había conocido, una cultura también
distinta y una vegetación totalmente verde y con mucha lluvia a
pesar de ser en el mes de agosto, me encontré una temperatura
parecida al mes de noviembre de Motril, pero con mucha lluvia.
Nos
pasó una anécdota muy interesante e inesperada, pues fuimos con mi
hija Noelia a unas aguas termales que se encuentran en Aquisgrán y
cuando estábamos en una de las piscinas me comentó mi mujer que
estabas viendo una persona que le parecía muchísimo a un compañero
del hospital que trabajaba en radiología y era técnico de rayos y
que pensaba decirle que habíamos visto a un doble de él. Pero se
acercó a él y le preguntó a un acompañante que estaba con él que
si se llamaba Jesús, y este le contestó que de toda la vida, y
resulta que era el compañero de Motril que había coincidido con
nosotros en ese balneario y estaba con su hermano. !Que pequeño es
el mundo!
Otro
de los días fuimos a la tri frontera que está situada en un bosque
no muy lejano de la ciudad de Aquisgrán pero por un camino de
tierra bastante empinado si se quiere ir andando. Nos costó un
poquito trabajo subir hasta la cima y cuando llegamos nos encontramos
un círculo que marcaba tres partes donde pasábamos de una a otra y
cambiábamos de país. De Alemania a Bélgica y de aquí a Holanda y
de está a Alemania otra vez.
Así
que era muy divertido el cambio de un país a otro sin tener que
recorrer mucho espacio y sin cansarse para nada. 'Había también una
zona de recreo y alguna cafetería. Otro de los días recorremos
Maastricht que estaba a un par de horas en autobús, y nos
encontramos una población con edificios muy antiguos pero muy bien
conservados.
Me
llamó la atención la estación por ser un edificio muy antiguo,
grandioso y muy bien conservado, por cierto estaba en obras por
aquellos días. Había un río muy grande que era navegable y vimos
cómo circulaban los barcos de gran tamaño y con mucha frecuencia,
por debajo del puente en el que estábamos situados. Pasamos un día
muy intenso.
Otro
de los viajes que realizamos en estos días de vacaciones a Alemania
fue a la fábrica de chocolates Lindt que se encuentra en la
población de Aachen que era nuestro punto de operaciones por estar
mis hijas trabajando en ese hospital, que por cierto es muy grande.
Los chocolates que fabrican en esta localidad son buenísimos y
muchas variedades, distribuyéndose por todo el mundo, así que son
famosos. Se pueden comprar a un precio muy asequible y los venden
también a granel siendo más baratos de esa forma, aunque, también
se pueden comprar como en la tienda, bien preparado y envueltos.
Fue
para mí de gran alivio y sorpresa la buena relación que tenía casi
todos los compatriotas españoles y como se reunía para hacer
algunas fiestas, que por cierto nos encontramos con una de ellas, que
fue una barbacoa en un bosque que se encontraba justo al lado de
donde tenían la residencia y que era la envidia de todos los
locales, pues lo pasamos de miedo. Comimos y bebimos de todo y casi
todo, productos importados de España que fue la delicia de algún
alemán que habían invitado y terminaron muy agradecidos y contentos
en todo lo amplio de la palabra.
España
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